Las impresiones de
un joven poeta sobre su imagen en la distancia y en el tiempo, unas distancias
y unos tiempos alterados, superpuestos, en la actividad poética de un espíritu
semi-científico y semi-supersticioso.
Esto es lo que a mi entender ha logrado Tomás Fadel en su poema Finca1,publicado por la
colección editorial Chapita, 23 de
septiembre 2011; Buenos Aires, probablemente en el Once.
Una sensibilidad
súper activada por una multiplicidad de estímulos poéticos, ha dejado ha Tomás
entre una lucha de diversas voces que pugnan por apoderarse de él.
Pero Tomás es joven
y es prudente. En esa peligrosidad de perder su propia imagen, sólo se deja
asistir por las voces para nombrar su entorno, como instrumentos de
exploración, y para mirarse así mismo desde afuera: no deja que las voces se
metan dentro de él. Es la persona indicada para hacer ese tipo de viajes, para
dejar por escrito esa experiencia de registro.
…Y si estuviese muy
equivocado, y todas estas elucubraciones fuesen solamente producto de la
marihuana, habría algo más que decir sobre el poderío bélico de las diversas
voces: habría que decir que aunque intentasen entrar en el poeta, no tendrían
lugar. Existe algo muy propio y único en el poema de Fadel, y es eso mismo lo
que ocupa el lugar disolviendo la pugna de las voces externas. Y qué es eso que
ha logrado algo tan extraordinario: El miedo y el Amor. Un amor a lo Whitman, y
un miedo a lo Edgar Allan Poe.
Amor:
La miré se espanta las moscas
que pululan sobre las ancas firmes
Su boca mastica pasto seco
se abre un poco y mea
hace un pozo en la tierra seca
que ahora es barro
nitrógeno nitrógeno nitrógeno
Temor:
Llego a la casa
me bajo y activo la alarma
entro, prendo las luces, pongo música
tengo miedo
tengo miedo del jinete
el jinete no existe, me repito
no existe
Estas
dos substancias de su sensibilidad son manipuladas con los instrumentos de su
indagación poética.
Pero
de pronto podemos llegar a sentir una ausencia total de esas dos cosas.
Entonces qué sucede. Es como si fuésemos caminando a su lado, en una especie de
visita planetaria, somos guiados por la finca, en un ensueño que por momentos
deriva en el mar.
Y
nos encontramos viendo una imagen documental sub oceánica:
Documental:
En el fondo del océano
la capa abisal se recubre de bichos de
colores
Ahí si que no hay comida
ni luz
si no hay luz, no hay fotosíntesis
si no hay fotosíntesis, no hay producción de
oxígeno
a través de dióxido de carbono, que tampoco
hay
el único oxígeno es la O del H2O
Sin embargo hay vida
cerca de las fuentes hidrotermales
ahí el magma que corre a seis mil metros bajo
el
nivel del mar
da calor al agua
Las mictofidáseas prenden su lucecita
iluminan para ver si un pez afortunado
deja caer alguna miga
la gravedad les lleva algunas sobras y de eso
viven
esperando en la oscuridad
la comida vomitada de otro pez
Los peces grandes mueren
quedan panza arriba en el medio del océano
Los primeros carroñeros rompen
la quilla caudal, la panza
y por decantación bajan
algunas escamas, algún órgano vital
Mientras la micto come
el fotósforo titila
Un documental
semi-científico con imágenes expresionistas. Pero a la vez también ha
introducido una imagen alucinatoria, a una tradición de poemas telúricos,
escritos por los propietarios de las tierras. De ser así, en verdad, estaría
asociado a una tradición telúrica por una sola cosa, el Mito del Jinete.
Mito:
El jinete colabora con la labor nocturna
de hacer crecer las plantas
sanas y fuertes
La protección creada por este mito
es la magia del arroyo las tunas
Su capa y su herencia medieval
recorren los arados
don Sandoval lo ve,
se queda loco sobre el tractor del juan
cuando el jinete negro cruza
su aparato nocturno que
sulfura la madrugada
Junto al temor, el
mito, atraviesa hasta las estructuras semi-científicas del poema:
Abajo del puente hay un auto
oxidado por la corriente
Entre la palanca de cambios
y el freno de mano
la espuma cuántica produce
una turbulencia en el tejido espacio temporal
generadora de oxígeno, por lo tanto burbujas
El jinete rompe las burbujas
Y por momentos vemos
también la reconciliación de las fuerzas en un amor de residuo estelar:
La mañana nueva está nublada
y el verde brilla reflejado en el gris de las
nubes
que traen polvo solar
y rayos cósmicos
Detrás de las
palabras clorofila, peronóspora, cloroplasto, botritis, fotosíntesis,
hidrotermales, fotósforo, mictofidáseas, dióxido y oxígeno se cruza la vida de
los seres como la yegua, el sapo, los obreros, el tero, la tijereta, el
aguilucho, el gorrión, el zorro, la víbora, la liebre, la isoca, los perros,
los sauces, los álamos, las montañas. Creí ver encendidos, tras el tejido del
poema, en un radiante temblor, al miedo y al amor. Sin embargo, acercándonos
hacia el final, surgen unos versos extraños, escépticos tal vez, pero de una
determinante digresión teológica:
Los bodhisattvas salvan a los
chinos
Khrishna a los hindúes
Jesucristo a los cristianos
Los bodhisattvas no existen
Khrishna tampoco
Jesucristo menos
La salvación es impensable
El jinete no existe
El jinete no viene a salvarnos
La salvación es inmanente
Finca,
como habíamos dicho, es un poema de exploración asistido de diferentes voces
controladas por una sensibilidad que abre el juego más allá de un mero recuerdo
(registro) de provincia. Puede que sea un poema de indagación físico cuántico;
puede que sea un extrañísimo poema rural; o un poema de consejos para la
producción, en definitivas, es uno de esos poemas cargados de sentidos donde el
poeta ha manipulado con prudencia el poderío bélico de las voces en los versos,
y sobre todo ha tenido la delicadeza de abandonar el poema, de salirse de él.
Salgo a caminar
por la nieve fría con los pies mojados
La tela de los bolsillos tiene bolitas de
algodón
Las plantas raquíticas y marrones
esperan nevadas la llegada de la primavera
las hojas, las flores, las frutas
esperan flacas y quietas
mientras pasa el invierno.
Corredor del oeste
Invierno 2012
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