Then the theatre was changed
To something else. Its past
was
a souvenir.
Wallace
Stevens,
of the
modern poetry.
escrito bajo la luz global neoliberal, justo
en el cambio de siglo, en un país sudamericano arrasado por la desocupación
laboral; saqueos, piquetes, muertos por la policía, miseria hacia la población;
y donde la clase media aguzó la moralina sobre la seguridad. junto al retraso
cultural de una ciudad de provincia latinoamericana (sumamente reaccionaria
desde sus orígenes) las clases dominantes (poseedoras de los medios de
comunicación) propiciaron el consumo tilingo; que en lo cultural vio el cierre
de suplementos culturales y la rostreada de artistas que parecían contentísimos
de aparecer en las páginas donde estrictamente se retrataba “la sociedad”.
premiado por el organismo de cultura del estado con el premio vendimia de
poesía 2001, estudio voyeur de P. R.
(Mza.; 1961) fue editado por e. c. m. en el año 2002.
en fin: nada de lo anterior es reflejado en
el libro. se dice que para ser periodista basta con leer y escribir; P. R.
trabajó escribiendo en los diarios (1) durante el menemato, cuando la
poesía (para esto es que existe) fue un reservorio(aún hoy la poesía se aleja
de los mercados y acampa en los márgenes del discurso cultural) para la
resistencia, la libertad y la memoria. P.R. desde allí no sólo presenció que
una mentalidad doblegada por normas falsas se derrumbaba en el terreno de las
prácticas sociales, sino también en el de la belleza (que sólo banca a la
poesía). es más: lo propició y cantó de esta manera:
el
resplandor que sale de la voz de los cantantes
la confusión del adn de los muertos
la canción de una niña a su muñeca
los poemas que se llevan como amuletos
las cosas que se mueven en el final del viento
la asamblea que discute en el insomnio...(2)
la confusión del adn de los muertos
la canción de una niña a su muñeca
los poemas que se llevan como amuletos
las cosas que se mueven en el final del viento
la asamblea que discute en el insomnio...(2)
o:
palabras
otra vez pero todo a cambiado (3)
P.R. antojada de ir más allá, de allanar con
la poesía la frontera de lo conservado: no intuía; experimentaba. para esto le
servía todo un palo de la música: el rock.
se escapaba del tango. la
diferencia de P. R. con respecto a poetas de su generación y de esta ciudad,
que entre apolíneos e intimistas sólo descansan en Juarróz-Ramponi-Molina, está
en reconocer que su yeite moderno, de video-clip-barroco en el contenido, y
discursivo, de sello neorromántico en la forma, había sido superado. en una
nota advierte que “estudio voyeur”
es
más sintético…. más preciso en el lenguaje, más escueto en la cantidad de
imágenes (4)
vemos cómo esa
síntesis de la acción poética de P. R. es equivalente a pasar cintas de video a
cd.; o dicho de otro modo: cómo los poemas de la parte dos del libro
(titulados: “la última romántica”), de clarísima impronta pizarnikeana,
adscriben a su declaración.
me izo como una bandera de
seda. (5)
muy lentamente los días no
pasaron
pero pasaron tantas cosas. (6)
como si dentro mío
sólo hubiera
un sótano lleno de palomas. (7)
cualquiera que lea el anterior libro(8)
de P. R. puede llegar a la conclusión más o menos certera de un listado de
situaciones o alternativas que saltan del mundo de la poeta a la página en
metafóricas combinaciones, interminables y neorrománticas hasta la disolución.
a mí en particular los neorrománticos me aburren, por pretenciosos (como lo son
en su gran mayoría los poetas de provincia) en su ritmo inteligente, o ñoños en
sus delirios con dragones y demonios, o visionando una misericordia... para sí
mismos. en el caso de P. R. no es tan así: los poemas de estudio voyeur parecen querer objetar al mundo y sin embargo
rebelan su pertenencia.
los
hombres recogen señales siluetas gestos de mi (9)
sé
que ayer fue sólo un día más (10)
una
vez te vi en una foto (11)
P. R. no quiere pudrirse en vida, quiere oler
a sexo y droga, quiere el encanto de ser la
última romántica. no le interesa que su género la condicione a ser una
cortesana más en el palco de la poesía o una militante del último reino.
... se me nota la noche. (12)
me alza los senos se los come (13)
su trabajo en sus únicos dos libros de poesía
editados (tango rock y estudio
voyeur) es una forma de la memoria, no de la confesión. no hay en su poesía
valores, ni pretensiones de decir cosas importantes o notables, eso lo deja a
las plumas amaneradas, catastróficas y tradicionales.
dame
la risa de un hombre y una mujer en la mañana (14)
la parte acumuladora de su poesía no busca
profetizar. se desmarca P. R. del destino que generaciones de poetas han creído
tener por vivir cerca del desierto: ser profetas. el rock le ha habilitado otra sensibilidad. su mente discurre en
frecuencias moduladas que van a
modificar el lacrimógeno deleite del amor herido con que poetas de su
generación (Bettina Ballarini, Adelina Lo Bue) han hecho dulce. P. R. va a
escribir para recordarse como era.
canto
canciones para verme (15)
yo
fui bruja cultive el cielo (16)
esa epifanía puesta en relieve por los neorrománticos
argentinos del siglo xx: Olga Orozco, Vicente Barbieri, Enrique Molina en los
años cuarenta; o más cerca Daniel Chirón, Víctor Redondo, Liliana Lukin a
mediados de la década del ‘80. está en su ojo verbal, en su onda .
estar
loco es en la voz (17)
y
aun cuando muera
continuaré
adelante...(18)
P. R. repite cierto proceso escritural de
Enrique Ramponi. lo que Ramponi visiona con esa vocación intelectual/mística de
neorromántico, P. R. lo presencia “en directo” a la luz de las pantallas: lo
desea y administra, pasando esos valores líricos-místicos a imágenes vhf de su
época. el estilo murmullo enredado de
los poetas neorrománticos se parece a los de los borrachines; el de P. R., a
una interferencia en la transmisión. a la sombrita de la copa del árbol que
plantó Ramponi y regaron Fernando Lorenzo y Alfonso Solá González, Rodón
escucha rock progresivo y escribe. es decir: al aliciente cotidiano de vivir no más le suma un registro
(escritural) que propicia cierta síntesis en un imaginario social pos menemato
frulero en una ciudad de conservadurismo con doble moral. ante la incertidumbre
amorosa, P. R. busca la redención en el
rock (como en el gnosticismo Ramponi) repitiendo en esa experiencia el éxtasis
escritural.
se
trata del cuerpo del alma(19)
así la experiencia P. R. es (también) un
mapeo de nuevos límites y a comienzos del siglo xxi la poeta, sin los agentes
restrictivos de la construcción de profecías, da a su lector, descartando el
“bello dolor teocrático” de los líricos provinciales latinoamericanos, que como
testigos sin prueba muestran (la hilacha) la imposibilidad y el desaliento, un comprender que la vida es el solo
tributo que se paga con vida(experiencia).
Mendoza.12 abril 2012
Mendoza.12 abril 2012
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1 redactora revista Primera fila, colaboradora del
suplemento juvenil “Zapping” y editora del suplemento cultural “El Altillo”: medios
gráficos del grupo Uno.
2 los misterios que merecen ser salvados
3 el
cielo adónde
4 nota-entrevista
en diario Los Andes - 01/07/2001.
5 poema 6
6 poema 25
7 poema
36
8 tango-rock,
editorial diógenes, 1998.
9 el
cielo adónde
10 s. o. s.
11 la
purísima
12 poema
32
13 poema 31
14 s. o. s.
15 el cielo adonde
16 la
purísima
17 poema 17
18 siete
vidas
19 poema 32
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