La Leónidas Nº 2: ¡Ningún libro de poesía me gustará? (Gabriel Dalla Torre)



Virgen aunque violada1 es en principio un libro para colorear. Me seduce ese objeto. Los dibujos del autor son especiales para pintar con fibras o crayones, pero no hay mucho para pintar, hay más espacio para dibujar y eso está bueno también, los espacios. Adentro dice que se trata de un libro de poesía argentina.

Entre el origen y el final siempre prefiero el origen.

Primeras palabras de VAV: viste con qué tranquilidad escuchan los demás tu tema favorito? Tiempos de posteos, heredera del bobbyflorismo de los ´90 la segunda persona marca el pulso de muchas voces hoy. Esa segunda persona canchera y monocorde, falsa interpelación. Entre las dos formas de ruptura que conozco prefiero el alejamiento, porque el exceso de proximidad siempre quema y sólo puede tener lugar bajo la forma de simulación. La segunda persona es el intento por alcanzar un exceso de proximidad, que traspasa el cuerpo como un fantasma.

Con la poesía ocurre lo mismo que con los acontecimientos históricos: se presentan una primera vez en nuestra vida como acontecimiento y tienen derecho a una segunda existencia como farsa.

Voy a interpretar un libro de poemas. También podría escribir o interpretar un partido de fútbol. Un libro de poesía o un partido de fútbol me dan exactamente lo mismo. Ambas artes o crafts me resultan indiferentes. No sé nada sobre poesía. Virgen aunque violada. ¿Se trata –como todo hoy- de crear imágenes? ¿Se trata de complejizar los símbolos o de llevarlos a un nivel biográfico?

Un buen DJ no es el que me puede hacer llorar/ Un buen DJ es el que me dice qué quiero escuchar. ¿El DJ es símbolo de algo o simplemente estamos ante un personaje que se describe a sí mismo? Un universo de Adolescencias raras, de ser uno mismo, de ser distinto a los demás, este soy yo, esto hago. ¿Qué significa su propio libro para el poeta hoy (cuando puede escribir con aerosol en las paredes, en la virtualidad, cuando puede ser leído en nuevos idiomas)?

No hay verdades absolutas/ pero las hay irrefutables/ y si no comieras carne te haría el amor. ¿No es la verdad algo de lo que ya nos desprendimos? ¿O yo soy viejo? ¿Se escucha algo más claro/ Que el clamor de lo mundano?/ ¿Entonces por que no bailas, culiado? ¿En serio, culiado? ¿Puedo poner la palabra fotosíntesis en un poema?

¿Somos capaces de disfrutar de la poesía como antes? Ya no disfrutamos de la apariencia ni de la razón, ¿aún nos conmueven los poemas? ¿Es la última forma de ocio que encuentran los talentosos eremitas, los que están más allá del blanco y del negro?

Merece la poesía una reformulación estructural de género, una evolución frente a las nuevas formas de escritura como TW. Este poema publicado en papel en VAV: Tu y yo/ sin la y que nos separa/ sería tuyo. ¿Es un twit mediocre, es un espléndido poema, es un grafitti más? Virgen aunque violada no es un símbolo de nada, en la contratapa: VAV habla de una chica que ha sido violada por el ano, en tanto conserva su himen sano. Relata el suceso de un jarrón que se cae, se rompe y es arreglado.

He sido tan maleducado (y el término maleducado trasciende a la mala educación, ¿cierto?) en términos poéticos. ¿Es ella un jarrón roto que vuelve a ser virgen al final?

Ha caído el signo en desuso, ¿la poesía ha caído en desuso también? Igual que el proletariado, la dialéctica y el inconsciente, conceptos que ni siquiera llegaron a ver el año 2000.

Yo, de poesía, nada.

1 Gavril Alone, Virgen aunque violada, Bs. As.: Nulú Bonsái, 2010.

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