La Leónidas Nº 2: una lectura de "estudio voyeur" o esa sombra donde duerme Patricia Rodón (claudio rosales)



Then the theatre was changed
To something else. Its past was
a  souvenir.
           Wallace Stevens,
 of the modern poetry.

escrito bajo la luz global neoliberal, justo en el cambio de siglo, en un país sudamericano arrasado por la desocupación laboral; saqueos, piquetes, muertos por la policía, miseria hacia la población; y donde la clase media aguzó la moralina sobre la seguridad. junto al retraso cultural de una ciudad de provincia latinoamericana (sumamente reaccionaria desde sus orígenes) las clases dominantes (poseedoras de los medios de comunicación) propiciaron el consumo tilingo; que en lo cultural vio el cierre de suplementos culturales y la rostreada de artistas que parecían contentísimos de aparecer en las páginas donde estrictamente se retrataba “la sociedad”. premiado por el organismo de cultura del estado con el premio vendimia de poesía 2001, estudio voyeur de P. R. (Mza.; 1961) fue editado por e. c. m. en el año 2002.

en fin: nada de lo anterior es reflejado en el libro. se dice que para ser periodista basta con leer y escribir; P. R. trabajó escribiendo en los diarios (1) durante el menemato, cuando la poesía (para esto es que existe) fue un reservorio(aún hoy la poesía se aleja de los mercados y acampa en los márgenes del discurso cultural) para la resistencia, la libertad y la memoria. P.R. desde allí no sólo presenció que una mentalidad doblegada por normas falsas se derrumbaba en el terreno de las prácticas sociales, sino también en el de la belleza (que sólo banca a la poesía). es más: lo propició y cantó de esta manera:

el resplandor que sale de la voz de los cantantes
la confusión del adn de los muertos
la canción de una niña a su muñeca
los poemas que se llevan como amuletos
las cosas que se mueven en el final del viento
la asamblea que discute en el insomnio
...(2)

o:
palabras otra vez pero todo a cambiado (3)

P.R. antojada de ir más allá, de allanar con la poesía la frontera de lo conservado: no intuía; experimentaba. para esto le servía todo un palo de la música: el rock.

se escapaba del tango. la diferencia de P. R. con respecto a poetas de su generación y de esta ciudad, que entre apolíneos e intimistas sólo descansan en Juarróz-Ramponi-Molina, está en reconocer que su yeite moderno, de video-clip-barroco en el contenido, y discursivo, de sello neorromántico en la forma, había sido superado. en una nota advierte que “estudio voyeur”

es más sintético…. más preciso en el lenguaje, más escueto en la cantidad de imágenes (4)        
                              
vemos cómo esa síntesis de la acción poética de P. R. es equivalente a pasar cintas de video a cd.; o dicho de otro modo: cómo los poemas de la parte dos del libro (titulados: “la última romántica”), de clarísima impronta pizarnikeana, adscriben a su declaración.

me izo como una bandera de seda. (5)

muy lentamente los días no pasaron
pero pasaron tantas cosas.  (6)

como si dentro mío
sólo hubiera
un sótano lleno de palomas. (7)

cualquiera que lea el anterior libro(8) de P. R. puede llegar a la conclusión más o menos certera de un listado de situaciones o alternativas que saltan del mundo de la poeta a la página en metafóricas combinaciones, interminables y neorrománticas hasta la disolución. a mí en particular los neorrománticos me aburren, por pretenciosos (como lo son en su gran mayoría los poetas de provincia) en su ritmo inteligente, o ñoños en sus delirios con dragones y demonios, o visionando una misericordia... para sí mismos. en el caso de P. R. no es tan así: los poemas de estudio voyeur parecen querer objetar al mundo y sin embargo rebelan su pertenencia.

los hombres recogen señales siluetas gestos de mi (9)

sé que ayer fue sólo un día más (10)
                      
una vez te vi en una foto (11)

P. R. no quiere pudrirse en vida, quiere oler a sexo y droga, quiere el encanto de ser la última romántica. no le interesa que su género la condicione a ser una cortesana más en el palco de la poesía o una militante del último reino.

... se me nota la noche. (12)

me alza los senos se los come (13)

su trabajo en sus únicos dos libros de poesía editados (tango rock  y estudio voyeur) es una forma de la memoria, no de la confesión. no hay en su poesía valores, ni pretensiones de decir cosas importantes o notables, eso lo deja a las plumas amaneradas, catastróficas y tradicionales.

dame la risa de un hombre y una mujer en la mañana (14)

la parte acumuladora de su poesía no busca profetizar. se desmarca P. R. del destino que generaciones de poetas han creído tener por vivir cerca del desierto: ser profetas. el rock le ha habilitado otra sensibilidad. su mente discurre en frecuencias moduladas que van a  modificar el lacrimógeno deleite del amor herido con que poetas de su generación (Bettina Ballarini, Adelina Lo Bue) han hecho dulce. P. R. va a escribir para recordarse como era.

canto canciones para verme (15)

yo fui bruja cultive  el cielo (16)

esa epifanía puesta en relieve por los neorrománticos argentinos del siglo xx: Olga Orozco, Vicente Barbieri, Enrique Molina en los años cuarenta; o más cerca Daniel Chirón, Víctor Redondo, Liliana Lukin a mediados de la década del ‘80. está en su ojo verbal, en su onda .

estar loco es en la voz (17)

y aun cuando muera
continuaré adelante...(18)

P. R. repite cierto proceso escritural de Enrique Ramponi. lo que Ramponi visiona con esa vocación intelectual/mística de neorromántico, P. R. lo presencia “en directo” a la luz de las pantallas: lo desea y administra, pasando esos valores líricos-místicos a imágenes vhf de su época. el estilo murmullo enredado de los poetas neorrománticos se parece a los de los borrachines; el de P. R., a una interferencia en la transmisión. a la sombrita de la copa del árbol que plantó Ramponi y regaron Fernando Lorenzo y Alfonso Solá González, Rodón escucha rock progresivo y escribe. es decir: al aliciente cotidiano de vivir no más le suma un registro (escritural) que propicia cierta síntesis en un imaginario social pos menemato frulero en una ciudad de conservadurismo con doble moral. ante la incertidumbre amorosa, P. R.  busca la redención en el rock (como en el gnosticismo Ramponi) repitiendo en esa experiencia el éxtasis escritural.

se trata del cuerpo del alma(19)

así la experiencia P. R. es (también) un mapeo de nuevos límites y a comienzos del siglo xxi la poeta, sin los agentes restrictivos de la construcción de profecías, da a su lector, descartando el “bello dolor teocrático” de los líricos provinciales latinoamericanos, que como testigos sin prueba muestran (la hilacha) la imposibilidad y el desaliento, un comprender que la vida es el solo tributo que se paga con vida(experiencia).
                      
                                         Mendoza.12 abril 2012   

                                                                 
                                         
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1 redactora revista Primera fila, colaboradora del suplemento juvenil “Zapping” y editora del suplemento cultural “El Altillo”: medios gráficos del grupo Uno.
2 los misterios que merecen ser salvados
3 el cielo adónde
4 nota-entrevista en diario Los Andes - 01/07/2001.
5 poema 6
6 poema 25
7 poema  36
8 tango-rock, editorial diógenes, 1998.
9 el cielo adónde
10 s. o. s.
11 la purísima
12 poema  32  
13 poema 31
14 s. o. s.
15 el cielo adonde
16 la purísima
17 poema 17
18 siete vidas
19 poema 32

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